lunes, 4 de diciembre de 2017

Historias fugaces

Pensé en el primer instante que mis labios se habían estado preparando para ti, para tu cuerpo.

Pensé también que eras demasiado guapo, demasiado listo, demasiado irreal.

Y quise negarme lo que el corazón gritaba, quise negar todo este sentimiento.  Ahora es de lo único de lo que me arrepiento de no haber vivido de forma intensa todo lo que sentía,  de no haber sido capaz de mostrarme realmente. De haber contenido mi emoción,  mi ilusión, mi cariño, todos mis sentimientos.

Y bueno, espero que seas feliz, que todo lo bueno que te mereces te ocurra. Que sepan cuidarte, que te mimen mucho, que me comprendan  cuando digo que he estado dos meses buscándote defectos... que lo único que habría mejorado esta historia es que hubieses sido un poco más para mí. Que sepan valorarte, en todo lo que vales.

Que cumplas tus sueños

Que seas infinitamente feliz

Que te quieran tanto como tu quieras.

Que tengas mucha suerte.

Y que GRACIAS por la felicidad que me has aportado, por todas las cosas positivas,  por darme lo mejor y por aparecer y desaparecer de la forma más bonita.

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